miércoles, 7 de abril de 2010

Mientras tengas metido en la mente a una mujer es imposible pensar claro. Nada te viene a la mente que no sea ella. La quieres, la deseas. Los besos que no has dado te comen por todas tus entrañas. Haces muecas de sufrimiento, como si fueras a llorar. El corazon se va, marchito. Deja de respirar. Está todo mal. El cuerpo no funciona así. Me torturas sin que te des cuenta siquiera. Así no se puede estar.