miércoles, 7 de abril de 2010

Soy un hombre egoísta en lo que hace. Depresivo, negativo en su arte. Un predicador de indiferencia emocional.

No nades porque no tiene caso, será lo mismo intentar o no intentar llegar a la playa, que está a la vista. El mar es mucho más fuerte que nosotros, y si él quiere nos llevará a ella, y si no simplemente nos dejará barados para ser comidos cuando tenga hambre. Quédate conmigo para disfrutar el dulce oleaje y observar el atardecer sabiendo que bien puede ser la última vez que lo veamos. Así no moriremos con la esperanza de que llegaremos a la orilla para despues contruir casas, tener hijos, verlos crecer, pintar puertas, abrir ventanas, cocinar pasta, dormir juntos y seguir viéndonos los ojos, tan falsos tantas veces. Todo eso de todas formas pasaría. Lo que yo propongo es brincarnos lo inútil y quemar de una vez lo que tiene que ser quemado.

Ella le hizo caso llorando, pues desde niña quería hacer todo lo que él había dicho que era innecesario. El en cambio la consoló inventandole cosas bonitas al oido sobre la inexistencia de todo, tratando de alimentar su indiferencia hacia ese mismo todo que tenía el poder de matarlos o dejarlos vivos por un tiempo. Sin embargo, la corriente quizo que se salvaran y llegaron sanos a la playa.

Al momento en que pisaron tierra y se acostaron sobre la arena, él se levantó y miró el oleaje del mar recordando lo que había sido haber estado dentro de él, a su merced total. Ella caminó alejándose del agua y, viéndo toda la materia prima que había en la orilla volvió a recordar lo mucho que le gusta cocinar, contruir casas, pintar ventanas, abrir puertas y dormir acompañada. Cuando volvió su cara a la playa, él estaba quitándose la arena y comenzó a caminar hacia ella con la misma tranquilidad e indiferencia con que la había convencido de que nada era cierto. Lo quizo matar por haber sido un falso profeta, por haber negado que tal felicidad existe, y que, si existe, es solamente una ilusión y por ende carente de significado. Le daba asco verlo, más aún cuando imaginaba su vida con él. Tenía que avandonarlo a como diera lugar. Solo la llevaría hacia más indiferencia, y ella lo que quería era significado.